No valen los jeans, ni las remeras aburridas, ni siquiera estar a la última moda. Para tener sexo en Valencia hay que llevar lencería de cuero negro.
Puestos a imaginar cosas de sexo he recordado un relato erótico que tomaba como protagonistas a un joven valenciano y dos escort de la ciudad. Y de ahí a estas líneas basadas en hechos casi reales pero que podrían ser perfectamente el relato erótico de una noche de sexo en Valencia. Tenemos un Club de Valencia, una discoteca de moda en la que hay que renunciar a cierta ropa. Lo normal es una camiseta o un pantalón, pero las braguitas están mal vistas. Si quieres tener el privilegio de entrar en el club más erótico de Valencia, debes vestir ropa diminuta y seductora, vestir modelos de cuero o PVC, usar lencería provocativa, uniformes eróticos y maquillaje obsceno. El filtro en la puerta del templo del hedonismo, un gorila de dimensiones disuasorias, no tiene piedad y, ante la cola de interesados, puede permitirse el lujo de seleccionar a los que mejor cumplen con el ‘dresscode’ del club. Con la compañía de una de las chicas de Valenciaxx nos dirigimos al Club, que tiene un nombre que tiene que ver con la mítica localización de la película ‘Cabaret’ con Liza Minnelli, y reproduce el desenfrenado periodo de entreguerras.
Nuestra intención es iniciar la noche más bulliciosa y atrevida. El club tiene en cuenta todos los caprichos eróticos que uno pueda imaginar. Curiosamente, no es un lugar nuevo…
Hedonismo de barra libre
Otros clubs de techno de Valencia invitan a fiestas aún más depravadas para disfrutar del día y la noche. Sensuales paraísos abren los viernes por la noche y cierran los lunes por la tarde. En un edificio industrial que en 2009 fue coronado mejor club del mundo el personal de servicio se mueve sensual detrás de la barra y los Djs pinchan trance, house, electro, dark techno o experimental y también aparecen con poca ropa.
Hay que prescindir de la ropa interior, se baila principalmente, pero también se practica el sexo heterosexual y homosexual, así como la autogratificación y el exhibicionismo, naturalmente a la vista de los demás. Las parejas tienen preferencia a la hora de entrar, aunque alguien subraya que no se trata de un club de intercambio. Abierto regularmente los viernes y sábados por la noche.
La acompañante lleva botas de caña, como una gata con botas. El concepto del Club tiene sus raíces en las fiestas playeras de los años 80 en la ciudad india de Goa, entonces paraíso de los hippies, y las posibilidades de intercambio y contacto sexual que ofrecían los ‘swinger clubs’. El club fue fundado en los noventa, en pleno apogeo del movimiento techno. Pronto se convirtió en la meca mundial de esta corriente musical con salas y fiestas multitudinarias. Una mezcla exquisita de techno club y evento fetichista.
El objetivo es la perversión del mundo… La ropa interior puede arruinar o salvar un encuentro sexual.
Si, la ropa es tan importante en la vida cotidiana que nunca saldríamos con alguien que lleva un chándal brillante, sandalias con calcetines o pantalones que se muestran al revés. Imagina la influencia que puede tener la ropa interior en nuestra sexualidad. Algunos atuendos actúan como interruptores debajo de los paneles de encendido o apagado y tienen el poder de arruinar una prometedora noche de lujuria o convertir al hombre o mujer más normal en un modelo de Armani.
Si falla nuestro vestuario erótico, todo está perdido. Ver unas bragas desnudas de talle alto, puede ser algo así como el enemigo número uno de la erección, puede tener un efecto irreversible.
A menos que vivas en una comunidad nudista, debes comenzar a invertir más en lencería. No te obsesiones con las tendencias pero acércate al cuero para conocer a gente diferente, con diferentes tallas, prestándote ropa seca, gastando una fortuna en tu ropa interior y ganando mucho en las distancias cortas. El hábito de permanecer como uno vino al mundo para actuar está, afortunadamente, en desuso. Algunas prendas de cuero incluso, especialmente en el caso de las mujeres, pueden permanecer todo el tiempo como adorno o complemento.
Con cuero negro todo es siempre más creativo y emocionante. Desafortunadamente, las razones para dejar algo atrás no siempre tienen una intención malvada y emocionante, también puede deberse a una ideología ‘monjil’ o falta de autoestima. Un estudio de 2010 realizado por The Telegraph encontró que el 48 % de las mujeres prefieren quedarse con una sola prenda durante las relaciones sexuales, y de este grupo, el 54 % lo hizo porque les daba más confianza.
Los estilos de lencería son variados y suelen tener sus favoritos. En la noche Valenciana que nos ocupa, se optó por el estilo de “Farmer’s Daughter Molly”, que no es más que erotismo mainstream rústico. La prenda de cuero negra, aunque clásica, puede crear looks más casuales, si se acompaña de braguitas estampadas, de lunares, de colores, o medias gruesas en negro o lana fina, que le dan un aire menos “upscale”.
También hay braguitas sin fondo, en las que falta la parte en la que se colocaría el miembro masculino y que, vistas por delante y por detrás, parecen normales gracias a su encaje. Los zapatos merecen un capítulo aparte porque hay todo un mundo de fetichismo en torno a los tacones de aguja.
Aunque, como Sarah Jessica Parker, los stilettos les hayan destrozado a ellas los metatarsianos, no deberían desterrarlos para los momentos íntimos, ni las botas altas de cuero negro, pues en una orgía, se encuentra muy excitante la visión de una chica que, completamente desnuda, se queda con las botas puestas.
Un experimento de sexualidad realizado en la Universidad de Groningen, Holanda, por Gert Holstege, escaneó la emisión de positrones del cerebro de 13 mujeres y 11 hombres, para averiguar cómo actúan durante el orgasmo. Uno de sus hallazgos fue que era más fácil correrse cuando se usaban calcetines. Decidimos abastecernos de calcetines porque tener los pies fríos en cualquier situación no es agradable. No hay relación entre los calcetines y el sexo, más que el hecho de que todo el mundo quiere practicarlo en circunstancias agradables, y eso incluye no tener los pies fríos.
El antídoto contra la lujuria es la ropa interior color carne con costuras retorcidas y superposiciones por encima del ombligo.
La ropa interior color carne no convence a los hombres, a menos que uno sea negro.
Así como las mujeres parecen saber qué talla usan en su ropa interior, los hombres no lo saben.
Existe una fuerte controversia sobre si el tanga está o no de moda, pero todos coinciden en que nunca debió estarlo para los hombres.
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