RELACIONES ABIERTAS: El tabú que desafía los límites del amor.

“RELACIONES ABIERTAS: El tabú que desafía los límites del amor y la sexualidad”

Las relaciones abiertas son, sin duda, uno de esos temas que despiertan curiosidad, intriga y, en muchos casos, incomodidad. Lejos de la tradicional visión romántica de exclusividad y fidelidad, este tipo de relaciones invitan a explorar territorios emocionalmente complejos, donde el deseo, la confianza y la libertad se entrelazan en un delicado equilibrio. ¿Qué lleva a las parejas a romper con las normas establecidas? ¿Por qué algunos se sienten más seguros al compartir a sus parejas que reteniéndolas? Estas son preguntas que requieren más que respuestas simples; requieren una comprensión profunda de la naturaleza humana y de las dinámicas de poder dentro de las relaciones.

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Origen de la foto: 13. WHAT IF SUSAN DID IT WITH HER EX?

En un relato erótico mío en Medium: “Compartir el deseo, el juego de la tensión y la curiosidad”

Desde el primer momento en que Daniel entró a la casa de David y Susan, la atmósfera se cargó de un magnetismo especial. La relación que aún mantenía con Susan, su ex, no se desvanecía en la indiferencia habitual de los antiguos amores. Era un vínculo distinto, marcado por miradas furtivas y un toque de misterio que David no pudo dejar de notar. Y, aunque para muchos la presencia de un ex podría representar una amenaza, para David fue todo lo contrario: era un incentivo. Aquella primera noche, entre risas y conversaciones sobre la terraza, los tres parecían orbitar en torno a algo más grande que ellos mismos: una curiosidad contenida que iba ganando terreno en la mente de David.

En la intimidad de su dormitorio, David decidió ir más allá. Con una sinceridad inusual y un tono que oscilaba entre la picardía y el deseo, sugirió a Susan lo impensable: ¿y si Daniel no fuera solo una sombra del pasado? ¿Y si fuera, por un instante, parte de su presente? Fue una propuesta que trascendía la simple infidelidad. Era una invitación a explorar una fantasía que muchos rechazarían por miedo a perder lo que más valoran: la exclusividad.

“El arte de negociar con el deseo: cuando el tabú se vuelve tentación”

La respuesta de Susan fue de todo menos predecible. No hubo rechazo ni indignación, solo una sonrisa ambigua que dejaba ver que aquella idea también la seducía. Porque las relaciones abiertas no son solo sobre sexo con otras personas. Se trata de abrir la puerta a nuevas formas de conexión, de experimentar la libertad sin perder el vínculo, de probar la fortaleza de lo que se tiene al borde del abismo. Para Susan, esta propuesta se convirtió en algo más que un simple juego: era una oportunidad de redefinir su relación con David, de ver hasta dónde llegaba la confianza mutua.

Desde ese momento, las interacciones con Daniel cambiaron. Ya no se trataba solo de revivir la cercanía pasada. Cada palabra, cada roce casual, estaba cargado con un peso adicional: el de la expectativa compartida con David. Y para él, este juego de tentaciones era algo más que un capricho. Lejos de sentirse intimidado por la posibilidad de que Susan pudiera querer a otro, se sentía extrañamente más conectado con ella. Como si ver a su pareja a través de los ojos de alguien más le recordara por qué la eligió en primer lugar.

“¿Qué hace que una fantasía se convierta en realidad?”

Para muchas parejas, la fantasía es un terreno seguro, un lugar donde los deseos más oscuros pueden ser explorados sin consecuencias. Pero cuando una fantasía empieza a tomar forma en el mundo real, las cosas se vuelven mucho más complejas. Susan comenzó a mirar a Daniel de una manera distinta, y David, lejos de sentirse excluido, se convirtió en un espectador fascinado. Porque en el fondo, más allá del placer sexual, lo que ambos compartían era algo mucho más potente: el placer de transgredir juntos.

Las fantasías compartidas pueden tener un impacto profundo en la dinámica de una pareja. Para algunos, pueden reforzar la confianza, creando un lazo tan fuerte que nada ni nadie puede romperlo. Pero para otros, es un terreno resbaladizo que lleva a la confusión de emociones y a la pérdida de la estabilidad. Porque cuando las barreras se derrumban, ¿qué queda?

“¿Qué hace que las relaciones abiertas funcionen (o fracasen)?”

Hablar de relaciones abiertas implica entrar en un mundo donde el consentimiento y la comunicación son la moneda de cambio. No es suficiente con decir “quiero” o “puedes”. Los límites deben ser claros, y los deseos, respetados. David y Susan habían llegado a un acuerdo tácito: explorar, pero no destruir. Compartir, pero no perderse el uno al otro. Sin embargo, incluso en las mejores circunstancias, hay riesgos. Los celos pueden emerger de las profundidades en los momentos más inesperados, y la atracción por la novedad puede hacer que una simple aventura se convierta en un deseo permanente.

En este tipo de relaciones, el voyeurismo y el deseo de compartir a la pareja pueden mezclarse de formas complejas. No se trata solo de ver, sino de sentirse parte, de experimentar la emoción de la exclusividad compartida. Para algunos, es un subidón de adrenalina; para otros, una invitación al desastre.

“Riesgos y recompensas: el delicado equilibrio de la libertad”

Las relaciones abiertas pueden ser tanto un terreno fértil para el crecimiento como una mina de emociones volátiles. Las inseguridades pueden florecer, las comparaciones pueden surgir y la estabilidad emocional puede tambalearse. Pero también pueden ser un catalizador para el deseo, una forma de reavivar lo que el tiempo ha apagado. Para David y Susan, el riesgo era real, pero también lo era la posibilidad de crear algo nuevo juntos.

¿Qué lleva a alguien a querer ver a su pareja con otra persona? ¿Es un acto de generosidad o una muestra de egoísmo? ¿Es un deseo de liberación o una forma de control? Las respuestas no son sencillas. Cada pareja define sus propias reglas y cada historia es única. Pero lo que queda claro es que, en el caso de David y Susan, la apertura a lo inesperado se convirtió en el motor de su conexión. Porque a veces, solo al borde del abismo descubrimos quiénes somos realmente.

“Amor, deseo y libertad: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?”

El futuro de las relaciones no se define por los tabúes que rompemos, sino por las conversaciones difíciles que estamos dispuestos a tener. David, Susan y Daniel representan un microcosmos de la complejidad humana, donde el amor, el deseo y la libertad se mezclan en un cóctel explosivo. ¿Cuál será el desenlace? Quizá la verdadera pregunta no sea si pueden coexistir el amor y el deseo por otros, sino qué tan dispuestos estamos a redefinir lo que significa ser fiel.

En última instancia, las relaciones abiertas no son para todos. Pero para aquellos que se atreven a explorarlas, la recompensa puede ser mucho mayor que el riesgo. Porque en el juego de la intimidad y la libertad, solo gana quien se atreve a perderse en el deseo.

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